Transcurrió una semana desde que se conoció el primer caso positivo de COVID-19 en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, la segunda más poblada de la provincia, y hasta el momento persiste la duda sobre el origen del mismo.

Porque en estos siete días todos los testeos realizados salieron negativos, aunque la escueta y “escondida” información oficial impide saber a ciencia cierta cuántos muestreos se tomaron y qué cantidad resta aún determinar si son positivos o no.

Y las dudas de la comunidad Termal permanecen porque no hace falta ser epidemiólogo para saber que es una enfermedad de contagio y el virus que infectó al joven de 19 años se lo transmitió otro enfermo, que las pesquisas médicas hasta el momento no pudieron encontrar.

La falta de información clara, concisa, y veraz también enferma, quizás no tanto como el virus pero mantener a una población de cerca de 100 mil personas angustiada no es para nada una metodología acertada. Hasta que no aparezca el paciente cero, este caso seguirá siendo un verdadero misterio y un peligro sanitario, porque el infectado inicial puede andar contagiando a más saenzpeñenses sin saberlo.

El rol fundamental que jugaba el director del hospital 4 de Junio, el licenciado Carlos Navarrete, también fue soslayado, sin detallar que su papel más allá de informar diariamente sobre la existencia de casos de primera mano, era también la de llevar tranquilidad, lamentablemente el centralismo de Resistencia se lo llevó puesto.