La jornada de capacitación docente en el Domo del Centenario terminó convertida en un verdadero escándalo político. La ministra de Educación, Sofía Naidenoff, fue literalmente silenciada por el clamor de los trabajadores de la educación que, a viva voz, exigieron la inmediata aplicación de la “cláusula gatillo” para recuperar sus salarios golpeados por la inflación.

El intento oficial de mostrar cercanía con los docentes se desmoronó en cuestión de minutos. El grito colectivo dejó en evidencia el profundo malestar que atraviesa al sector y la ausencia de respuestas concretas por parte del Gobierno provincial.

Sin poder sostener el discurso ni enfrentar el reclamo, Naidenoff y sus acompañantes debieron retirarse en un silencio humillante, una postal que refleja la crisis de legitimidad que enfrenta la cartera educativa.

El episodio, deliberadamente minimizado por canales oficiales, expone una realidad inocultable: la paciencia docente está agotada y las promesas sin cumplimiento ya no alcanzan para acallar el descontento.